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Por Fernando Bertello (La Nación).- En Daireaux, donde viven unos 17.000 habitantes, hay casi 1000 productores. De ellos, el 50% se encuentra en un promedio de 200 hectáreas o algo menos. Lo que parece ser una debilidad por el lado de la escala es solo una apariencia. Una parte de esos productores del centro oeste bonaerense han encontrado en la unión una forma de mantenerse en la actividad y acceder a nuevas tecnologías.
 
Grupo de Productores en Cambio (PEC) es una organización civil sin fines de lucro donde confluyen más de 60 productores, chicos y medianos, en diversas actividades, desde agricultura, ganadería a porcinos. Hay seis grupos, vienen desde 2001 y sus orígenes están en los Cambio Rural. En Daireaux se abrió un paraguas local bajó la modalidad de los PEC. "Fomentamos una ONG que contenga a todos bajo un mismo paraguas para facilitar a la gente el acceso a tecnologías, a financiamiento, a capacitaciones e insumos", dijo Walter Martín, secretario de Desarrollo de esa ciudad.
 
En una región donde el contenido de arena es limitante, con 80/85% de arena en las partes más altas de los lotes, un 75 a 80% en las zonas medias y 75% o menos en las partes bajas, más de 40 de esos productores están realizando la agricultura por ambientes. Y lo hacen en el marco del trabajo en conjunto.
 
Comparten reuniones mensuales, jornadas, visitas a otros lugares y están los casos de aquellos que tienen alguna sociedad por el trabajo con maquinaria. Varios se hicieron contratistas para llevar a otros la experiencia de la agricultura por ambientes.
 
De hecho, aquí comenzaron comprando insumos en conjunto, en un momento luego hicieron también coberturas de precios juntos y adquirieron entre varios una primera fertilizadora y GPS para las mediciones de los ambientes de los lotes. Como hay productores que, además de agricultura, hacen ganadería por ambientes, también se compró una balanza móvil.
 
Por su escala, para ellos fue el conocimiento colaborativo lo que les abrió la puerta al manejo por ambientes en una zona donde el contenido de arena es determinante. "Hoy no concebimos trabajar los campos si no es por ambiente", remarcó Martín.
 
Ex maquinista de cosechadoras, a Adrián Sánchez le tocó un día hacerse cargo de 100 hectáreas de su padre. Hoy maneja por ambientes esas hectáreas y luego en un campo donde presta el servicio de siembra hace allí mismo otras 300 hectáreas para él.
 
"En mi caso aprendí a reconocer el suelo, hacer análisis y trabajar todo por ambientes, con bajos inundables, media lomas y lomas. Con el grupo nos dimos cuenta que en las lomas teníamos menos rendimiento. Una soja daba allí 1500 a 1800 kilos", recordó Sánchez, que inició un programa de cultivos para generar cobertura y materia orgánica (trigo, sorgo, maíz, aparte de la siembra de soja). Los rindes subieron y hoy se encuentran en 2700 a 2800 kilos en esos lugares.
 
"Desde que nos juntamos para compartir tecnología, aprendimos a trabajar por ambientes. Ahora podemos decir que trabajamos en siembra directa. Antes pasábamos la sembradora sobre un campo", agregó Sánchez.
 
Otra cosa que aprendió vino por el lado del cultivo de maíz. De sembrarlo en las lomas en una fecha que lo dejaba expuesto a la falta de lluvias en enero lo corrió a una siembra tardía para que agarre las precipitaciones de febrero. De 3500 a 4000 kilos allí saltó a 6000/7000 kilos por hectárea.
 
Pero, además, ajustó densidades y la fertilización acorde a cada parte del lote.
 
"En la loma antes poníamos de 70.000 a 80.000 plantas por hectárea como si todo fuera un lote bueno. Ahora estamos en 50.000 a 55.000 plantas, en las media lomas 70.000/75.000 y en los bajos lo mismo cuando no se inundan", precisó.
 
El impacto de la unión
 
Mariano Carman es otro agradecido de haber aprendido a manejar agricultura por ambientes vía el conocimiento colaborativo. En su caso, además, realiza ganadería por ambientes. En total, maneja unas 600 hectáreas y en ganadería tiene 250 madres Limangus. Trabaja en una zona con suelos más pesados.
 
Dejó de trabajar el campo como un único paño. En rigor, tiene partidos los lotes en tres, con bajos, media lomas y lomas. En maíz varía la densidad (de 40.000 a 60.000 plantas según el ambiente) y la fertilización (de 60 a 100 kilos en fosfato diamónico y 100 a 180 kilos en urea, siempre también de acuerdo al ambiente).
 
"Lo positivo del trabajo en el grupo ha sido mantener un nivel de información mayor del que hubiera logrado por mi propia cuenta. El intercambio con otras personas hizo que, por lo menos, empezara a discutir por qué sí o no algo. Creo que para productores chicos y medianos es fundamental ver qué hace el otro. En mi caso, eso ha sido clave para acceder a esta tecnología de siembra variable y mapeo del campo, por ejemplo", precisó el productor.
 
Carman se ha asociado a otro productor que conoció en el PEC para llevar adelante siembras en conjunto. Para este productor, más allá de un ahorro de costos el impacto del manejo por ambientes es que permite saber cómo trabajar con los insumos de una manera eficiente.
 
"Más allá del ahorro, lo importante es distribuir bien los insumos en función del potencial. Lo veo como que lo que malgastaba en la loma se lo doy al bajo que es lo que me puede hacer cambiar el resultado", opinó.
 
Los productores, que son los mismos que organizan la Expo Daireaux, quieren expandir el espíritu conjunto a otras áreas. En su agenda figuran una maltería y una fábrica de biodiésel para autoconsumo, entre otras. Lo destacable es que estos grupos de productores funcionan a la par más allá de los cambios de gobierno. En rigor, empezaron con un gobierno radical y en estos momentos siguen con un gobierno local del FPV, que encabeza el intendente Alejandro Acerbo.
 
Claves para superar las limitantes del suelo
 
Guillermo Álvarez tiene 52 hectáreas propias y arrienda una decena de campos chicos con lo cual en total suma unas 1700 hectáreas. Trabaja en tierras más ubicadas hacia la zona de Carhué y Guaminí, que presentan mayores limitantes, con piedra (tosca) cerca de la superficie y hay lluvias más erráticas.
 
"Cuando fui a trabajar y empecé con el maíz, muchos allí me decían que estaba loco y que no sembrara el cultivo", recordó este productor. Alvarez no hizo caso, apuntó a ver bien cómo trabajar en cada ambiente y donde parecía no haber rinde llegó a los 7500 kilos por hectárea, una marca buena para esa región. "Logré algo que antes era impensado", se entusiasmó.
 
"No hay una sola receta, sino que vamos evaluando cómo queda el suelo con el cultivo anterior. Hicimos esto en lugares donde era todo un desafío y podían tirar para abajo la rentabilidad", precisó este productor.
 
Lo de Álvarez es meritorio. Empezó con poco en escala, hizo un paciente trayecto para ir incorporando prácticas como la agricultura por ambientes y después avanzó para tener hoy todo un equipo completo en maquinaria agrícola.
 
Coincidencias
 
Más allá de la práctica en sí, los productores valoran la forma de intercambio que han logrado y mantienen.
 
"Hemos visto que el intercambio de experiencias genera aportes muy interesantes", señaló Walter Martín, secretario de Desarrollo de Daireaux. "No importa el tamaño de la escala cuando se fija un objetivo claro y se encuentran estas redes de contención", agregó el funcionario.
 
Mariano Carman, productor, insistió en que cada vez que alguien tiene algo para decir de otro productor lo hace para ayudarlo. Todos lo entienden así.
 
"Se trata de mostrar las cosas para beneficio de uno. Eso ayuda a aprender del error propio y del acierto", afirmó.
 
Carman no tenía trayectoria ganadera y la fue haciendo con el manejo por ambientes. Hoy tiene la ganadería bien definida según los ambientes. Usa maíz y sorgo en pequeñas lomas, pasturas desde base alfalfa con festuca y cebadilla en las medias lomas, en tanto el agropiro va a los suelos más pesados. El campo de Carman es demostrativo para otros productores por la evolución que tuvo en los últimos años.
 
"Tenemos 400 hectáreas ganaderas y el mismo concepto de la agricultura por ambientes lo llevamos a ganadería", remarcó este productor.
 
Entre el aporte que trajo la siembra directa a la región y el manejo por ambientes, buscando además una rotación, cambió el paisaje de una zona con la problemática de la erosión.
 
"Desde chico recordamos cómo se volaban los campos pero eso ahora cambió", indicó Adrián Sánchez, uno de los productores del grupo PEC.