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La finalidad del programa, que concluyó la primera etapa con una inversión de 100 millones de dólares, "es contribuir al incremento sostenido de la competitividad nacional e internacional del sector agropecuario y agroindustrial de la Argentina, al incrementar la capacidad del país para proteger la sanidad y la calidad agropecuaria, agroalimentaria y pesquera", explicaron desde el organismo.
 
"El gran desafío del Senasa es afianzar la garantía de la sanidad y de la inocuidad de la producción agroalimentaria que exporta la Argentina y contribuir a la apertura de nuevos mercados para esos productos", dijo Dillon. Y consideró esencial "la relación con los gobiernos provinciales para trabajar de manera coordinada y la responsabilidad del sector privado en la cadena productiva".
 
Desde el Senasa detallaron que entre los resultados del Programa figuran la construcción de los edificios de siete centros regionales; del Laboratorio de Alimentos y Residuos Químicos en el Laboratorio Central, y de tres laboratorios regionales. Además de la conectividad en el Sistema Informático de Gestión Institucional Integrado. "También durante la primera etapa del Programa se fortaleció el sistema de sanidad animal y vegetal en cuanto a cuarentena; vigilancia; fiscalización; contingencias; emergencias y certificación, y en la aplicación de los programas de prevención de mosca de los frutos, cítricos, viveros, forestal y acridios", indicaron.