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En su análisis del impacto del mal clima sobre la soja, Guillermo Rossi, integrante del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, explicó que dependiendo de la zona y de la variedad elegida, "puede estimarse que una soja que apunta a rendir en promedio unos 40 quintales por hectárea requiere precipitaciones de entre 550 y 600 mm a lo largo del ciclo del cultivo, bajo condiciones normales de temperatura. Esa marca se ha superado con creces en esta campaña. La zona aledaña a Rosario recibió más de 1000 mm desde principios de noviembre, con picos de 1100 en localidades de la región como Casilda o Bombal".
 
El especialista agregó que buena parte de los excesos llegaron en el momento de la cosecha, "justo cuando la soja requiere de poca agua para que el productor pueda privilegiar su recolección frente a la del maíz".
 
En cuanto a la logística, Rossi advirtió que el impacto es también significativo. "El ingreso de camiones en la zona portuaria de Rosario se frenó abruptamente en las últimas dos semanas, ante la imposibilidad de levantar la cosecha y de transitar por los caminos rurales, por cierto en muy mala condición. Esta situación hace prever que el procesamiento de soja y los embarques de maíz a lo largo del mes quedarán por debajo de los niveles inicialmente planeados. Los stocks de granos en el puerto se han consumido en buena proporción durante los últimos días."