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Desde el 11 de febrero hasta hoy corrió mucha agua bajo el puente de la economía: la inflación se aceleró, subieron las tarifas, se agudizó la ola de despidos y los cambios prometidos en Ganancias se postergaron para 2017. Por eso, los ánimos que rodearán esta tarde un nuevo encuentro entre Mauricio Macri y los sindicalistas no son los mismos que hace 60 días.
 
Tras algunas dudas, la reunión anoche quedó confirmada para esta tarde, excepto por un detalle: en el Gobierno no sabían decir si los dirigentes serían recibidos en la Casa Rosada o en la residencia de Olivos. En cualquier caso, los caciques sindicales llegarán con otro semblante. Esta vez no habrá fotos sonrientes ni espacio para bromas.
 
Hugo Moyano (CGT Azopardo), Antonio Caló (CGT Alsina) y Luis  Barrionuevo (CGT Azul y Blanca) llevarán una lista de reclamos similar a la de febrero. La diferencia estará en la intensidad de los planteos. El tono actualizado es el que reflejó ayer el dirigente Juan Carlos Schmid (CATT), cuando dijo que las demandas que llevarán a la cita en la Rosada “pasan por el aumento para los jubilados, la emergencia ocupacional y el freno a los despidos y la inflación”.
 
Las menciones a Ganancias pasaron a un segundo plano, ya que -según el consenso existente entre los gremialistas- la prioridad ahora pasa por la defensa de las fuentes de trabajo y los salarios.
 
La propuesta de un paro general  no tiene demasiado consenso todavía. Pero sobrevuela las discusiones como una amenaza latente. Pablo Moyano, hijo de Hugo, lo dijo con todas las letras hace dos días en una radio: “El 29 de abril haremos una movilización multitudinaria y si no hay respuestas se van a ir incrementando las acciones con más movilizaciones a Plaza de Mayo, y no se descarta un paro nacional”.
 
Sin embargo, no todos lo ven de la misma forma. “Vamos a actuar con prudencia, pero con firmeza. Hay que tener en cuenta el momento especial que vive la sociedad, tanto en el plano político como social y judicial”, dijo Schmid cuando Clarín lo consultó sobre un posible paro nacional.
 
Ayer hubo una nueva reunión entre los dirigentes cegetistas y varios “independientes”. Si bien el objetivo formal de la convocatoria era avanzar en la unificación de las centrales obreras, buena parte del tiempo se destinó a discutir la relación con el Gobierno.
 
“Por mérito del ajuste de Macri la unidad de la CGT ya es una realidad”, bromeó un sindicalista ante una consulta de Clarín sobre el estado de las negociaciones internas. Igual, dan como un hecho que llegarán al 22 de agosto en condiciones de concretar un congreso normalizador.
 
En este marco, cobró relevancia la idea de darle la mayor resonancia política posible al acto programado para el 29 de abril, como celebración anticipada del 1° de mayo. En rigor, a fines de marzo se decidió que ese acto se hiciera en el monumento al Trabajo (Independencia y Paseo Colón) para evitar una marcha al Congreso que podría considerarse una presión “excesiva” de los sindicatos.
 
Pero ahora la intención es potenciar el carácter “combativo” de la movilización con la difusión de un documento/solicitada que incluirá críticas severas al Gobierno por sus políticas.
 
 En la reunión de ayer no estuvieron Caló ni Barrionuevo, pero enviaron representantes. Sí participaron Hugo Moyano, Andrés Rodríguez, Sergio Palazzo, Juan Schmid, José Lingeri, Armando Cavalieri y Gerardo Martínez, entre otros.