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Según es normal en los episodios intensos, tales como los que afectaron a las temporadas 1982/1983, 1997/1998, el proceso de disipación de “El Niño” 2015/2016 se está cumpliendo en forma muy lenta, manteniéndose una fuerte acción residual.

Debido a ello y de acuerdo a un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante el otoño continuarán produciéndose fuertes lluvias, con riesgo de crecidas de los grandes ríos, anegamientos de zonas bajas, y ataques de enfermedades de fin de ciclo, plagas y malezas, demorando la cosecha, e incrementando los gastos de acondicionamiento, almacenaje y transporte de la producción.

Anomalías de la temperatura del mar a fines de marzo de 2016 (Fuente: CMB/NOAA)

ASPECTO POSITIVO PARA EL CICLO 2016/17

Como aspectos positivos, puede señalarse que los puertos fluviales contarán con buen calado y que los suelos de gran parte del área agrícola quedarán con abundantes reservas de humedad, que favorecerán a la campaña agrícola 2016/2017.

Cabe reiterar que, si bien el presente episodio alcanzó un vigor comparable a los más intensosobservados en el pasado, hasta el momento no llegó a convertirse en la catástrofe climática del siglo, como se afirmaba en el inicio de su desarrollo.

¿Se viene La Niña?

En lo referente a la temporada 2016/2017, muchos centros climatológicos coinciden en que sería afectada por un episodio de “La Niña”, pero ello aún no puede darse por definitivo, siendo necesario esperar algunas semanas hasta que el escenario climático se encuentre claramente definido.

No obstante, los efectos residuales de “El Niño”, que probablemente se extiendan hasta bien entrada la primavera, harán que su acción depresora de las precipitaciones recién comience a experimentarse a partir del inicio del verano 2017.