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Si hay algo que desprecia el argentino por estos tiempo es el peso. La moneda nacional se ha desvalorizado producto de la creciente inflación, de su devaluación frente al dólar, que en los últimos meses aceleró su ritmo de apreciación, y de la desmedida emisión monetaria.
Entonces, al valer todos los días un poquito menos los argentinos que pueden hacerlo prefieren gastar los pesos en algún bien durable (ladrillos, automóviles, electrodomésticos), darse un gusto (un viaje) o correr hacia el dólar en busca de cobertura contra la suba de precios.
En este contexto aparece un fenómeno digno de mencionar. Para que una moneda de curso legal actúe como tal debe cumplir con 3 requisitos fundamentales.
 
>que sea unida de cuenta, es decir que sirva para establecer precios de los productos;
 
>que sea reserva de valor, o sea que se pueda ahorrar en esa moneda;
 
>y que sirva de medio de pago.
 
Y esas 3 facultades se concentrarían nada menos que los porotos de soja. De acuerdo a un  artículo publicado este miércoles por la agencia Reuters en el campo argentino existe un mercado en el que la oleaginosa funciona como moneda.
Según la nota, se puede adquirir desde semillas hasta camionetas pagadas con toneladas de soja. Reuters cita al agricultor Álvaro Tomás quien asegura que él y sus vecinos utilizan los porotos como moneda y que un vehículo de doble tracción vale cerca de 130 toneladas de soja.
Entonces encontramos 2 primeras condiciones que convierten a la soja en una imitación de una moneda de curso legal vigente: es una unidad de cuenta, porque se puede establecer el precio de un producto (un vehículo vale 130 toneladas, asegura el productor) y un medio de pago ya que los porotos se pueden cambiar por tales productos.
En cuanto a la reserva de valor, desde hace tiempo los productores rurales, ya sea por desconfianza en el peso o por expectativas de mejores precios o de devaluación, prefieren no liquidar sus cosechas y guardarlas para "gastarlas" en el futuro. De esa forma, los porotos, guardados en silo bolsas, actúan como ahorro.  Los ruralistas no guardan ni dólares, ni pesos, sino soja.
"Cualquier productor que tenga la alternativa de ahorrar en soja lo hará, porque es la única forma que tiene de protegerse de la inflación", dijo Tomás, que también produce en Buenos Aires.
"Nos sentimos más seguros guardando nuestra cosecha que si guardáramos pesos", dijo a Reuters Santiago del Solar, que administra miles de hectáreas en el oeste agrícola de la provincia de Buenos Aires.
"Eso se va a mantener, salvo que vuelva la confianza o hasta que haya un cambio en las políticas que nos permitiera ahorrar en dólares", añadió.
"Cualquier productor que tenga la alternativa de ahorrar en soja lo hará, porque es la única forma que tiene de protegerse de la inflación", dijo, en tanto, Tomás, que también produce en Buenos Aires."No conozco a nadie que pueda ahorrar de otra manera", agregó.