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Por Marcelo Canton (Clarín).- El encuentro de los ministros de Economía y Transporte apuntaba a definir los criterios para los ajustes tarifarios de colectivos y trenes. Por problemas de agenda debió ser reprogramado, pero la idea dominantes es que sean los ferrocarriles los primeros en tener ajustes en los boletos.
El énfasis en el aumento en los trenes es una cuestión práctica: sólo del 10 al 15% de los pasajeros de los ferrocarriles del Gran Buenos paga hoy boleto. Así, un aumento en la tarifa sería casi teórico, explican los técnicos que estudian el caso.
No tendría tanto impacto en el bolsillo de los consumidores, pero podría servir como introducción para anunciar luego alzas en los colectivos, que es el sector que más preocupa.
En el ministerio de Transporte miran con preocupación el alza prevista para los subsidios de colectivos y trenes. La suba de salarios y la presión de la devaluación del peso sobre el precio de los combustibles encienden luces amarillas en su tablero.
En cambio, en el ministerio de Economía están mirando con más énfasis el ritmo de crecimiento de la economía, en general, y del consumo en particular. Axel Kicillof apunta que cada peso que los pasajeros destinen a pagar el aumento de tarifas dejará de ser dedicado al consumo. Desde su punto de vista, ese peso entra en la maquinaria del Estado y pierde eficacia, mientras que en el consumo apuntala el crecimiento. Eso lo haría dudar a la hora de aprobar ajustes tarifarios.
Con ese mismo argumento, señalan fuentes oficiales, es que convenció meses atrás a la Presidenta de dejar de lado el congelamiento de subsidios al transporte que había anunciado Randazzo, en julio del año pasado.
Otro sector que está trabajando ya sobre un potencial ajuste tarifario es el agua. Allí el criterio dominante sería quitar los subsidios a los usuarios no domiciliarios. “Hoy hay muchas empresas que pagan monedas por el agua, incluso las que lo usan, por ejemplo, para hacer bebidas”, dicen en el sector. Aquí la resistencia vendría del ministro de Planificación Julio De Vido, que teme que haya un impacto en los costos empresarios.
Hoy, el 70% de la factura de AySA son subsidios. Por eso, otro criterio que analizan los técnicos para el ajuste tarifario sería eliminar los subsidios también a usuarios domiciliarios, pero no por áreas geográficas, como se hizo en otras ocasiones, sino por nivel de ingresos.
Por ejemplo, que tenga aumento quien gane más de $ 20.000 mensuales. Pero reconocen que es difícil de implementar.