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Fuentes del sector cerealero confirmaron ayer que las tratativas con el ministro de Economía, Axel Kicillof, habían prosperado sobre todo “gracias al enorme cambio de estilo” respecto del que imponía a las negociaciones el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. El ex hombre fuerte del gobierno, por cierto, había fracasado en su intento de que las grandes traders globales (como Cargill, Bunge, Dreyfus y ADM) canjearan 500 millones de dólares por bonos durante el reciente operativo de blanqueo de capitales.
Ahora, de buen modo, Economía le pide al principal sector exportador (que desde 2002 está obligado a cambiar sus dólares en las ventanillas del Banco Central) que le adelantes cuatro veces más dinero, unos 1.900 millones. Como garantía les ofrecerá Letras del Banco Central a 180 días, pero precancelables al cabo de los tres primeros meses.
Entre las compañías cerealeras -que usualmente ingresan dólares al país para comprar las cosechas que después exportarán-, decidieron dividir sus aportes en función de su participación actual en el mercado, ya sea por molienda o por volumen de los embarques.
Para sellar el acuerdo solo falta definir detalles, como saber si el gobierno aceptará que exista un mercado secundario para el canje para dichas Letras o definir la tasa de interés que pagará ese instrumento, y que sería semejante a la de cualquier préstamo de plaza.
Aunque la cantidad de dólares en juego parece abundante, no lo es tanto si se toma en cuenta que el Banco Central cedió ayer 135 millones de sus Reservas. Es decir que en un día perdió 7% del dinero adicional que embolsará durante los próximos dos meses. Esos 1.900 millones tampoco representan mucho esfuerzo para las cerealeras, que en lo que va de 2013 llevan liquidados ante el BCRA 21.978 millones.
De todos modos, el acuerdo es clave para el Gobierno porque entre diciembre y enero sucede la cosecha de trigo y las grandes compañías ingresan dólares para comprar el saldo exportable del cereal. Como ya sucedió el verano pasado, este año tampoco habrá mucha producción y no quedará mucho margen para exportar.