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Por Fernando Bertello 

Después de las lluvias de los últimos días, la situación de humedad en los suelos de la pampa húmeda, que en algunas zonas venía resentida por la falta de precipitaciones, comenzó a registrar una mejora que podrá ser aprovechada por el trigo y abrirá las puertas a la siembra del maíz el mes próximo.

Pero, según advierten los expertos en agroclimatología, en la provincia de Córdoba, el norte de Santa Fe y Chaco hay importantes áreas que requieren la llegada urgente de las precipitaciones.

"La humedad en Entre Ríos, en la zona núcleo [este de Córdoba, centro y sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires] y el sudeste bonaerense está de excesiva a buena, salvo en Córdoba, donde falta un poco [de humedad]", señaló Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología. Según Sierra, en las zonas marginales "en general" también hay falta de humedad en los suelos.

Pablo Mercuri, director del Instituto de Clima y Agua del INTA, recordó que en junio y julio las lluvias fueron deficitarias. Sin embargo, ese escenario se está revirtiendo en lo que va de agosto.

"Luego de junio y julio deficitarios en cuanto a lluvias, el este del país está recibiendo importantes precipitaciones durante agosto", señaló a La Nacion.

En el INTA parecen tener un diagnóstico parecido al de Sierra: hay una buena condición en la pampa húmeda, pero se necesitan lluvias en otras áreas.

"La disponibilidad de agua en el perfil del suelo, tanto en la capa superficial como en profundidad, es óptima en gran parte de la región pampeana, y regionalmente mejor comparativamente al inicio de campaña que la situación observada en las últimas cinco campañas agrícolas", apuntó Mercuri.

No obstante, reconoció que hay zonas que continúan esperando por las precipitaciones. "Hay áreas de las provincias de Córdoba, norte de Santa Fe, Chaco, Formosa y Corrientes que requieren aún de eventos de lluvias para mejorar la situación deficitaria en el perfil del suelo", dijo.

Para las zonas en problemas, hay que aguardar que las lluvias que se prevén para los próximos días alcancen más áreas, inclusive las que todavía no fueron bendecidas.

De hecho, hay zonas donde hay un escenario complicado, como en el noroeste de Santa Fe, donde se ve afectada la ganadería.

"En mi zona no llueve desde mayo. Las tormentas de estas últimas dos semanas no sumaron ni 5 milímetros. El perfil de suelo está completamente descargado. Si bien con los días más largos y las temperaturas más templadas las pasturas rebrotan, les cuesta mucho por la falta de agua.

Como venimos de un verano seco también, la cantidad de reservas que pudieron hacerse es muy inferior a lo ideal y obligó, en muchos casos, a sobrepastorear", contó Matías Sara, productor de Ambrosetti, en el departamento San Cristóbal, en el noroeste de Santa Fe.

Según Sara, la hacienda está, no obstante, en una condición aceptable en la mayoría de los casos y no hay problemas de falta de agua para bebida.

"Los más complicados son los rodeos con entore de primavera, que se encuentran en plena parición. Si no mejoran las condiciones, pronto van a saltear celos las vacas", explicó.

Lo que viene

Pensando en los próximos meses de la campaña, en especial para granos gruesos como el maíz, la soja y el girasol, según Sierra se viene un fenómeno El Niño "de intensidad moderada y bastante irregular en su desarrollo debido al efecto residual de los dos episodios consecutivos de La Niña que lo precedieron".

Uno de los puntos que destaca Sierra es justamente que seguirán los contrastes en materia de precipitaciones entre las diversas zonas.

"Durante septiembre continuará produciéndose la transición entre las condiciones dejadas por La Niña y las que, gradualmente, irá imponiendo el desarrollo de El Niño", subrayó el experto.

Desde el INTA, Mercuri señaló que por ahora las perspectivas para El Niño indican lo siguiente: "El evento esperado en el pacífico ecuatorial podría tener una intensidad débil o, con menor probabilidad, moderada. El momento de ocurrencia del máximo se observaría en el trimestre octubre/diciembre de 2012. Una fase cálida puede ser beneficiosa para las regiones productivas en términos generales a partir de precipitaciones que, en la mayor parte de los casos, estadísticamente superan los valores medios de cada región sobre el este y centro del país al considerar toda la campaña agrícola".

Foto: La Nación