NOTICIAS Y VIDEOS /

Por Dante Rofi

La burbuja financiera estadounidense aún se inflaba y Lehman Brothers se dirigía, en silencio, hacia su inexorable abismo. En ese contexto, y con los inversores ávidos de materias primas como refugio, el 3 de julio de 2008 las pizarras de la Bolsa de Chicago marcaron un precio récord para la soja: 609,22 dólares por tonelada. Desde entonces, el mercado no había registrado una tendencia alcista tan significativa como la actual, que ayer dejó el valor de la oleaginosa en el nivel más alto desde aquella marca histórica, en 597,64 dólares.

Pero hay una diferencia notable entre uno y otro registro. Mientras el récord vigente desde 2008 tenía en la especulación financiera su principal fundamento, como pronto quedó evidenciado tras el estallido de la burbuja y el derrumbe de los precios de los granos, el alto valor actual es sostenido mayormente por factores propios del mercado agrícola. Y entre ellos, el clima seco y extremadamente caluroso en las zonas productoras de granos gruesos estadounidenses es la razón central de la tónica alcista.

Ayer, las pizarras de Chicago mostraron subas de US$ 19,93 y de 19,02 sobre las posiciones julio y noviembre de la soja, cuyos precios de cierre fueron 597,64 y 560,90 dólares por tonelada. Desde el cierre de mayo, cuando la sequía comenzó a reflejarse en las cotizaciones, estos contratos acumulan alzas del 21,19 y del 21,34%, respectivamente.

¿Demanda insatisfecha?

Tras el fracaso de la cosecha de soja en América del Sur por efecto de La Niña, con pérdidas cercanas a los 25 millones de toneladas entre Brasil, la Argentina y Paraguay, el mercado apostó todas sus fichas a la producción 2012/2013 de los Estados Unidos. Esa sería la oferta que abastecería la demanda global hasta el ingreso de la nueva cosecha sudamericana, en mayo próximo. Sin embargo, hoy los operadores creen que de persistir el déficit hídrico en el Medio Oeste, la demanda podría quedar insatisfecha. Y es esta incertidumbre la que se refleja en los precios.

Los estados de Iowa e Illinois, responsables por un tercio de la cosecha de soja y de maíz de los Estados Unidos, tienen hoy sus suelos con sequía entre moderada y severa, mientras que en Indiana y Missouri, ya hay focos de sequía extrema.

De no revertirse el cuadro actual en las próximas semanas, para lo cual serían necesarias lluvias abundantes que hoy no figuran en los pronósticos, el potencial de rinde de los cultivos quedará severamente herido. Los 29,52 quintales por hectárea proyectados el mes pasado por el USDA, hoy ya son sólo un recuerdo de lo que pudo ser con el favor del clima. El miércoles próximo el organismo difundirá su nuevo reporte mensual de oferta y demanda de granos, donde seguramente deberá sincerar sus expectativas.

Como se señaló anteriormente, el principal fundamento alcista hoy es el clima adverso y su efecto sobre los cultivos. No obstante, el factor especulación también está presente en el mercado. Ayer los fondos de inversión se volcaron a comprar contratos de soja, maíz y trigo, y acentuaron la tónica alcista.

Tal fue la firmeza del mercado que ni la apreciación del dólar sobre el euro (la relación pasó de 1,2606 a 1,2391), ni el retroceso del petróleo regularon ayer la suba de los precios de los granos. Tampoco lo hizo el descenso de los principales indicadores bursátiles globales, luego de que el Banco Central Europeo recortó su tasa de interés de referencia. Sin embargo, esto último podría llevar hoy a los fondos de inversión a tomar ganancias para hacerse de la liquidez necesaria para enfrentar las pérdidas en el sector financiero, con el consecuente efecto bajista para las materias primas agrícolas, en particular para la soja, donde más participación tienen los grandes inversores.

Para el maíz ayer también fue un día relevante. Los contratos julio y septiembre del cereal en Chicago subieron US$ 19,39 y 13,38, mientras que sus ajustes fueron de 302,35 y de 278,92 dólares. Desde fines de mayo, estas posiciones acumulan ganancias del 39,26 y del 38,92%, respectivamente.

Es sobre el maíz donde primero se sentirán los efectos del clima adverso, dado que cerca del 30% de los cultivos ya está en la etapa de floración, período donde se acentúa el requerimiento de agua por parte de las plantas y se definen los rindes. Al igual que en el caso de la soja, la proyección de rindes del USDA, de 104,19 quintales por hectárea, ya es sólo un recuerdo.

En rosario, $ 1700

Las subas externas llevaron el precio de la soja disponible hasta los $ 1700 en la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor nominal histórico más alto, que implicó una ganancia de $ 40 respecto de anteayer. También subió la soja de la próxima cosecha, que se cotizó entre 317 y 320 dólares, con mejoras de hasta 10 dólares.

Foto: La Nación