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Por Carlos Petroli

Contra la opinión de algunos de sus pares que en las últimas horas se mostraron desde sus cooperativas primarias como interlocutores del ministro nacional de Agricultura, Norberto Yauhar, Eduardo Buzzi se puso en la vereda de los camioneros de Hugo Moyano.

Buzzi se alista sin medias tintas para estar el domingo 24 y el lunes 25 al frente de los actos conmemorativos por los 100 años de la revuelta chacarera de 1912, que dio nacimiento a la FAA. Y en un paralelo del “Grito de Alcorta” con la realidad actual, asegura que la encrucijada de los pequeños productores de hoy es mucho más complicada que entonces.

El argumento es que, en 1912, los pequeños arrendatarios que alquilaban campos no tenían tanta “competencia desigual” y que, uniéndose, encontraron la forma de influir y mantenerse como tales. “Hoy, si nos paramos, vienen otros y se quedan con los campos”, advirtió Buzzi esta semana, en medio de la revuelta de los camioneros y en el escenario de la exposición Agroactiva, donde la entidad presentó los actos conmemorativos que prepara en Alcorta.

Según Buzzi, hay 80 mil agricultores que producen trigo, maíz o soja en riesgo de desaparecer frente a la competencia de otros actores que compiten con los alquileres por los campos.

“Es el capitalismo de amigos”, afirma, para responsabilizar de esta situación a la política oficial, que ha permitido “transferir” los diferenciales de precios que logran algunos segmentos de la industria y la exportación para quedarse con esos alquileres y relegar a los pequeños productores.

Cruce de veredas. Ambos enfrentan conflictos internos y diferencias con la administración de Cristina Kirchner, pero el esquema tributario y los efectos de la política económica terminaron por ubicar al chacarero santafesino en sintonía con el líder cegetista.

En el frente agropecuario, terminó la cosecha y el agujero económico y fiscal que produjo la sequía se está haciendo notar. El Gobierno minimizó el fenómeno, una forma de justificar que sólo daría ayudas muy selectivas, y también para permitirse ir por más.

Los 2.500 millones de dólares (11.250 millones de pesos al cambio oficial) que, según cálculos privados, no se podrán recaudar por retenciones deberán salir de los bolsillos de las empresas y de las familias.

Con el agro, se trata de rascar en el fondo de la olla: el revalúo inmobiliario de Daniel Scioli en Buenos Aires permitirá en el futuro nutrir las cuentas nacionales. Esta semana, la apertura de un cupo de exportación por seis millones de toneladas de trigo de la nueva campaña fue contabilizada en el mercado como otra movida fiscal en tiempos de dólares escasos. A través del mecanismo de cobro anticipado de retenciones, el Gobierno podrá aspirar a ingresar pronto unos 360 millones de dólares.

Foto: sudesteagropecuario.com.ar