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Por Leonardo Mindez

Camiones parados, surtidores sin nafta, poblaciones sin gas, reuniones de emergencia en el gabinete, movilización de gendarmes y la Presidenta adelantando su regreso al país para atender la emergencia. Un feriado de furia que culminó con dos gestos de fuerza recíprocos: el Gobierno realizando una denuncia penal contra Hugo Moyano y el camionero replicando con la convocatoria a un paro nacional de camioneros en todas sus ramas -podía ser mañana- y una movilización a la Plaza de Mayo . Después de meses de calentamiento, el enfrentamiento entre el Gobierno y el líder de la CGT llegó a su clímax.

“Moyano demuestra un enorme desprecio por los argentinos con este paro injustificado y salvaje, en medio de un proceso de paritarias y cuando estamos hablando de trabajadores con salarios que rondan los 10 mil pesos de promedio”, advirtió desde Rosario Florencio Randazzo, frente al palco en el que presenció junto al resto del Gabinete el acto central por el Día de la Bandera.

El ministro del Interior estuvo desde temprano en contacto telefónico con Cristina Kirchner, que asistía a la cumbre mundial de desarrollo sustentable en Río de Janeiro. La Presidenta dio orden de redoblar la línea dura contra la huelga que había iniciado el vicepresidente Amado Boudou con la amenaza de invocar la ley de abastecimiento.

“No nos vamos a dejar apretar por un pequeño sector de la sociedad que busca generar caos y zozobra en los argentinos”, advirtió Juan Manuel Abal Medina. Ya por la noche, Randazzo estampó su firma a la denuncia por amenazas agravadas contra Hugo y Pablo Moyano que presentará hoy la Procuradora del Tesoro ante la Justicia. Y aprovechó para chuzar a Daniel Scioli, que regresaba anoche desde Italia: “Esperamos que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires haga lo propio, teniendo en cuenta el impacto que este paro está teniendo en localidades del interior bonaerense”.

Desde Brasil, Cristina se comunicó con el vicegobernador Gabriel Mariotto para que se pusiera al frente de un comité de crisis que reunió en el edificio Centinela de Gendarmería al viceministro de Seguridad, Sergio Berni, y al hombre fuerte de Planificación, Roberto Baratta.

A la salida, Mariotto aseguró que la medida de fuerza sólo encontraba fundamento “en calendarios caprichosos de internas gremiales” y no en “la realidad de millones de argentinos”. Tampoco se olvidó del gobernador. Contó que no había hablado con Scioli porque estaba “de licencia” y lamentó que “nos queda la fotografía de un partido de fútbol de la última semana en donde uno de los protagonistas quien le está trayendo un dolor de cabeza muy grande a la patria”. Se refería, claro, al partido de fútbol que compartieron Scioli y Moyano hace 10 días.

A su lado, Berni aseguró que “el Gobierno no se deja extorsionar ni chantajear” y anunció la movilización de la Gendarmería y otras fuerzas para garantizar el suministro de combustibles. Un rato después, llegó en helicóptero a la planta de distribución de YPF en La Matanza donde Pablo Moyano mantenía bloqueado el ingreso junto a unos 300 camioneros. Berni se marchó, pero dejó un operativo de distracción.

Tras algunas refriegas, lograron sacar ocho camiones cargados con combustible y conducidos por gendarmes por dos puertas laterales.

Pero no sería suficiente. Según datos que se manejaban en la Casa Rosada, hoy habrá menos colectivos en las calles por falta de gasoil y peligraba el suministro en unas 40 localidades del interior bonaerense que se abastecen con gas licuado.

Mientras daba una nota en el programa A dos Voces con fortísimas críticas al Gobierno, Moyano fue informado de la denuncia en su contra. Fue entonces que replicó ante las cámaras de TN: “Entonces, vamos a un paro nacional de camioneros con movilización a la Plaza de Mayo”.

Foto: Clarín.