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Las ventas concretadas ayer por los fondos de inversión que operan en la Bolsa de Chicago, impulsadas por la incertidumbre financiera que se extiende en la zona euro, provocaron la caída de los precios de la soja, justo en la jornada en que se reactivó el mercado disponible local, tras el cese de venta nacionalizado por la Comisión de Enlace.

Al momento de fijar los ajustes de la jornada, las pizarras del mercado estadounidense mostraron quitas de US$ 9,83 y de 6,34 sobre los contratos julio y diciembre de la soja, cuyos ajustes resultaron de 517,45 y de 484,93 dólares por tonelada.

Las desventuras de Grecia, España e Italia volvieron a poner en alerta ayer a los grandes inversores que "apuestan" parte de sus carteras en las materias primas. La necesidad de obtener liquidez para cubrir pérdidas en el sector bursátil fue el principal fundamento para la liquidación de contratos, no sólo en el mercado de la soja, sino también en el de maíz.

El cierre negativo también encontró un fundamento en los reportes climáticos para el Medio Oeste de los Estados Unidos, dado que se prevé la posibilidad de lluvias en los próximos quince días. El aporte de humedad hoy es necesario particularmente en los estados de Iowa y de Illinois, cuyos suelos ya evidencian un déficit hídrico.

Así, con la referencia de las bajas externas, se reanudaron ayer los negocios en el mercado local. Por tonelada de soja con entrega inmediata las fábricas ofrecieron $ 1500 en Timbúes, San Martín, Arroyo Seco, San Lorenzo, Ricardone y en General Lagos. Si bien el valor propuesto quedó por encima de los $ 1480 vigentes en la jornada previa al inicio del cese de ventas, estuvo lejos de conformar a los vendedores. En efecto, la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que los vendedores más importantes exigían $ 1550 por tonelada de soja. "Pudo percibirse que las puntas compradora y vendedora se alejaron considerablemente", dijo la entidad.

Por soja de la próxima cosecha, con entrega entre abril y mayo, la demanda ofreció US$ 290 en San Martín, Arroyo Seco, Bahía Blanca y en Necochea. La mercadería con descarga entre julio y agosto sobre Junín osciló de 319 a 321 dólares.

En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones julio y noviembre de la soja perdieron US$ 5,20 y 4,30, mientras que sus ajustes fueron de 343,50 y de 347,20 dólares por tonelada.

Cereales y girasol

Para el maíz, las pizarras de Chicago mostraron mayoría de bajas. De hecho, la única suba favoreció al contrato más cercano, julio, que ganó US$ 3,35 y cerró con un ajuste de 233,26 dólares. La posición diciembre, que marca el ingreso de la nueva cosecha, perdió US$ 4,73 y finalizó la jornada con un valor de 200,97 dólares.

Las ventas de los fondos, la previsión de un clima benéfico para los cultivos y la caída del petróleo (pasó de 83,32 a 82,62 dólares) provocaron el retroceso de los precios del maíz en la plaza estadounidense.

En el nivel local, los exportadores concentraron su interés sobre el cereal de la próxima cosecha y ofrecieron US$ 150 por tonelada en San Lorenzo; US$ 140 en Bahía Blanca, y US$ 135 en Necochea.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que los consumos ofrecieron entre 613 y 690 pesos por tonelada de maíz, según condición (húmedo/seco) y procedencia. En el Matba, la posición julio subió US$ 0,50 y cerró con un ajuste de US$ 152,20.

El trigo prácticamente no tuvo cambios en el mercado estadounidense. La posición julio en Chicago y en Kansas cerró con un ajuste de US$ 226,34 y de 235,35, respectivamente.

En el mercado doméstico, los exportadores ofrecieron US$ 160 por tonelada de trigo con entrega entre septiembre y octubre en San Martín y en Bahía Blanca, y US$ 155 en General Lagos y en Timbúes.

El trigo de la próxima cosecha se cotizó a US$ 160 en Necochea y a US$ 155 en Bahía Blanca. La demanda pagó US$ 165 por cereal con 10,5% de proteína y ph 78 en San Martín y por trigo con 10% de proteína y ph 78 en San Lorenzo.

Por último, el girasol se negoció a $ 1420 en Rosario y en Ricardone; a $ 1400 en Junín; a $ 1305 en Necochea, y a $ 1300 en Bahía Blanca.

Foto: Martín. G. Álzaga