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Durante la campaña triguera 2011/2012, a diferencia de años anteriores y habiendo previsto un barbecho estival, el agua almacenada en el suelo al momento de la siembra no alcanzó el 40 por ciento del agua utilizable por parte del cultivo.

Salvo una precipitación por encima de la media en junio, para el resto de los meses (julio, agosto y septiembre) los registros pluviométricos fueron casi nulos. Por primera vez vimos colapsar algunos cultivos de trigo en pleno período crítico para la producción de grano, en particular apenas acontecida la floración.

El objetivo del presente estudio fue evaluar el efecto de distintas fechas de siembra sobre el comportamiento agronómico de cultivares de trigo con distintos ciclos biológicos.

Ensayos. Los ensayos comparativos de rendimiento correspondientes a las distintas fechas de siembra se implantaron en secano y en siembra directa en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC). Los cultivares de ciclo largo (Klein Guerrero y SRM Nogal) se sembraron el 26 de abril, sólo uno de ciclo intermedio (BioInta 1002) el 12 de mayo y los materiales de ciclo corto (ACA 906 y SY 300) el 26 de mayo de 2011.

El material se distribuyó a campo según un diseño experimental en bloques completos aleatorios con tres repeticiones. Cada unidad experimental contó con cinco surcos de cinco metros de longitud distanciados entre sí por 0,20 metro. La densidad de siembra fue de 250 semillas viables por metro cuadrado.

El material de ciclo largo se cosechó el 19 de octubre, el 26 el genotipo de ciclo intermedio y el 28 se hizo lo propio con los ciclos cortos. Se midió el rendimiento en grano y en biomasa aérea (kg/ha), al igual que el peso de los 1.000 granos (g). Finalmente, se estimó el índice de cosecha (%), el número de semillas por metro cuadrado y la eficiencia en el uso del agua (EUA) expresada en kilos de grano por milímetro de agua evapotranspirada por hectárea. La información fue sujeta al correspondiente análisis estadístico.

Variables. Se observaron diferencias estadísticamente significativas entre las medias de los materiales de distintos ciclos para todas las variables medidas o estimadas (ver tabla adjunta). El comportamiento agronómico de los cultivares de ciclo corto resultó significativamente superior al del resto de los materiales evaluados.

Cuando se parte con un porcentaje de agua útil igual o superior al 50 por ciento, el comportamiento agronómico de los cultivares de distinto ciclo, con rendimientos objetivos equiparables y a los que se le respetan las fechas de siembra aconsejadas, suelen no diferir en cuanto al rendimiento en grano.

Por otra parte, y de implantar un cultivo de trigo en un lote con un porcentaje de agua útil almacenada cercana al 40 por ciento o aún menos, el haber ocupado el lote con un material de ciclo biológico más bien largo que corto no se constituyó en una opción de manejo acertada.

Una vez implantado el cultivo, se dio inicio al proceso de transpiración, es decir el consumo de agua. Treinta días mediaron entre la primera y tercera fecha de siembra; el cultivo creció y se desarrolló sin demasiados sobresaltos hasta la espigazón, momento en el que los caminos divergieron. Los materiales de ciclo largo e intermedio colapsaron; los cortos, con un menor consumo de agua debido a una etapa vegetativa más corta, alcanzaron rendimientos más que aceptables.

En base a nuestra experiencia y en un contexto de siembra directa con abundante rastrojo en superficie, un cultivo de trigo se puede implantar con éxito con muy poca agua almacenada (toma agua por debajo de un W del 12 por ciento para una succión de 1,5 Mpa) y no muere durante las etapas que anteceden al período crítico para la producción de grano.

De vernos en la necesidad de cultivar trigo, por razones de manejo o económicas, con poco agua almacenada lo conveniente hubiese sido atrasar la fecha de siembra y usar materiales de ciclo más corto, secuestrando menos carbono como rastrojo pero más como grano.

El autor es estudiante de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC), bajo la tutoría del ingeniero Ricardo Maich.

Fotos: Lavoz.com.ar