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Por Matías Longoni

Desde 1991, cuando se firmó el tratado de Asunción y cobró vida el Mercosur, han pasado más de dos décadas, en las cuales la Argentina tuvo saldo favorable en su comercio con Brasil a lo largo de diez años, y padeció déficits en otros tantos. Pero desde 1991, el comercio entre los principales socios del mercado regional pasó de US$ 3.000 millones a 39.000 millones en 2011.

Esta multiplicación de los negocios es la que corre riesgo con la escalada de prohibiciones y trabas de los últimos meses.

La previsible reacción de Brasil a las licencias de importación aplicadas desde hace meses por la Argentina en su afán de reducir la salida de dólares del país no hace más que agravar un escenario que ya viene perfilándose en los últimos meses: el achicamiento de los negocios entre ambos países. En abril el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, logró un equilibrio en la balanza comercial con Brasil, pero a costa de una contracción del comercio de casi 20%.

Además de ese costo económico, la implementación de licencias no automáticas para aquellos alimentos que usualmente se exportan a Brasil dejará heridos. Y es que en su afán de revancha, el socio mayor del Mercosur ataca sobre sectores sensibles, con poca chance de re direccionar rápidamente sus mercaderías, muchas de ella perecederas. Como es usual, en el primer cuatrimestre de 2012 las exportaciones de trigo a Brasil (US$ 386 millones) y las de harina de trigo (77 millones) dependieron casi exclusivamente de la demanda de Brasil. También sucedió con los cargamentos de malta (69 millones) o cebada cervecera (31 millones). En ambos casos se tratan de cultivos invernales, que complementan a la soja y permiten una diversificación honesta en la pradera pampeana.

Mucho más dependientes del comercio con Brasil son las peras (55 millones) y manzanas (12 millones) producidas en el alto valle de Río Negro y Neuquén. O las aceitunas (25 millones) de la región de Cuyo. O los filetes de merluza (26 millones), el arroz (24 millones), la leche en polvo (46 millones), las papas fritas (34 millones). Son todas actividades que dinamizan la vida económica en muchas localidades.

Fotos: Agencia DYN