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Por Esteban Rafele.

Mientras los indicadores industriales y de consumo desaceleran notablemente su marcha, la soja conquista nuevos precios máximos y se convierte en el salvavidas de la economía. Con estos valores, el Gobierno embolsará unos u$s 8.300 millones de retenciones a la oleaginosa. La buena noticia llega al comienzo de la cosecha gruesa, que asegura casi u$s 19.000 millones de dólares al Banco Central en los próximos meses.

“El 80% de la soja se negocia entre mayo y noviembre”, afirmó a El Cronista una fuente oficial. El contexto ayuda: la oleaginosa se negocia a u$s 550 a mayo en el Mercado de Chicago y los futuros a noviembre cotizan a 500 dólares por tonelada.

La soja cerró ayer a u$s 550 por tonelada en Chicago, tras una baja módica que los analistas atribuyeron a una “toma de ganancias”. Se encuentra en los precios más altos de los últimos 43 meses. Son valores incluso superiores a los de marzo de 2008, cuando el Gobierno intentó implementar el fallido sistema de retenciones móviles. Entonces, la soja rondaba los 480 dólares. El poroto de soja tocó su valor máximo el 17 de julio de ese año, cuando alcanzó los u$s 558,88.

La oleaginosa no paró de subir desde diciembre, cuando tocó un piso de u$s 404 por tonelada que hizo temblar las previsiones oficiales de ingresos. Desde entonces, su valor escaló un 36,42%. Las mejoras climáticas menguaron las pérdidas previstas en enero y febrero, a medida que los precios trepaban.

La suba de precios más que compensa, en términos fiscales, los daños que la sequía ocasionó a la cosecha. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, la cosecha de soja rondará los 42,9 millones de toneladas, o cinco millones menos de las previsiones anteriores (48 millones). Representa una caída del 12,2% respecto de la cosecha anterior, que fue la más importante de la historia.

Pero la soja en los u$s 550 por tonelada garantiza ingresos al fisco algo superiores a los presupuestados. Para confeccionar el Presupuesto 2012, el Gobierno estimó una cosecha de 48 millones de toneladas y un valor promedio de u$s 484, que aportarían a las arcas públicas unos u$s 8.130 millones. Con los precios actuales, los ingresos rondarán los u$s 8.260 millones. Superarán incluso a los de 2011, cuando el fisco embolsó unos u$s 7.900 millones en concepto de derechos a la exportación de soja y derivados.

En el Ministerio de Agricultura esperan exportar unos 7 millones de toneladas de poroto de soja y el resto (36 millones) en productos elaborados (aceites y otros derivados). Estos últimos tributan una retención del 32%, pero se negocian a mejores precios, en función al grado de elaboración.

Así, si la soja mantiene estos precios, el Banco Central embolsaría unos u$s 23.650 millones, de los cuales u$s 18.920 millones (el 80%) ingresarían entre mayo y noviembre.

Cuadro: El Cronista

Fotos: Sudeste Agropecuario