Gacetillas
El problema del trigo no es sólo político
Sin embargo, esto está lejos de significar que no haya que incluir al trigo en las rotaciones. Para Duarte la búsqueda es hacer del cultivo una oportunidad. "La calidad es el nicho que aún no ha sido evaluado ni profundizado por los productores. De un estudio de 138 empresas agrícolas de la zona, los datos revelan que sólo el 3% hizo calidad y ninguno se volcó a la industrialización; y este es un tema muy importante porque en situación de mercados contraídos la calidad puede ser un excelente opción para que los productores capturen valor".
En cuanto a la visión agronómica, dijo: "claramente, desde la sostenibilidad es un aliado que no hay que olvidar, salvo que encontremos otra forma de meter carbono en el sistema".
Por otra parte, profundizó todos los factores que intervienen en la generación de rendimiento como la elección de los cultivares, la disponibilidad de agua, la nutrición del cultivo y la sanidad. “Por ejemplo, en nuestra región el agua disponible explica entre el 40 y el 60% de los rendimientos”, dijo.
"Corregidos los factores tecnológicos, hay que ajustar los mecanismos para achicar las brechas de rendimiento y para eso hay que definir por zona de manejo. Hay que poner mucho énfasis en los aspectos nutricionales y seguir trabajando mucho en los factores reductores del rendimiento, además de focalizar en la calidad que todavía es una asignatura pendiente", recomendó.
"Estamos en un sistema en crisis y la crisis no es sólo por Cristina (Fernández), sino que también la tenemos nosotros", dijo Jorge González Montaner, el asesor de Aacrea, al indicar que el problema del trigo no es sólo político. "En la Argentina venimos con una participación creciente de soja y decreciente de cereales, muy potenciado por lo político, aunque (Guillermo) Moreno no sea el único responsable. Y eso refleja que es un problema sacar el trigo de la rotación, un cultivo que es generador de servicios".
El Sudeste ha sido por definición la mayor zona triguera de la Argentina, concentrando entre el 40 y el 45% de la producción nacional. Sin embargo, el cultivo ya tiene la misma área sembrada que la cebada y los rendimientos de ambos cultivos se mantienen entre los 43 a 45 quintales por hectárea.
"Menos trigo es menos cobertura, menos materia orgánica, peores estados nutricionales de los cultivos, más resistencias y más costos, nos hemos dejado caminar con el control de malezas. La única solución que tenemos es acceder a los nuevos productos", dijo Montaner, pero le pidió a los productores que piensen otras alternativas. "No hemos sabido generar capital social para poder enfrentar los cambios. Nos quedamos esperando a ver cuál será la nueva molécula. Si no abordamos el problema de nuestro sistema vamos a volver a caer en una nueva necesidad de producto", expresó.
“El mayor problema es que en el 60% de los campos estamos trabajando bajo alquiler anual. Nadie puede planificar nada si el alquiler es anual. Además de la renta inmediata, nos mata la rentabilidad. Tiene que haber una caída en los precios de los alquileres. El negocio está prácticamente quebrado para cualquiera de las actividades. En la zona históricamente triguera, que produce el 45% del trigo del país, lo normal eran 300 dólares. Poniendo un alquiler de 150 dólares con unos 28 quintales por hectárea de promedio, el resultado es negativo”, enumeró.
“Desde la teoría les pedimos a todos que apuesten por trigo. Desde la realidad, no vamos a obligar a nadie”, dijo el técnico, para aclarar que queda mucho trigo de mala calidad y en un mercado de tanta incertidumbre la calidad es un valor.
“Debemos ser conscientes de la situación que vamos a enfrentar. Es un cultivo en el que hay que invertir para obtener resultados. Cada caso es particular”, expresó y recomendó analizar los pronósticos climáticos, -“venimos de un otoño mejor que lo normal, lo que ayudará a tener mayor cantidad de nitrógeno en el suelo. Pero se está pronosticando un invierno medio cálido y aquí hay que abrir el ojo con las enfermedades”, acotó-, el tipo de material a sembrar y su calidad panadera -“sabemos que grupo I es el de mejor calidad panadera pero hay gente que con grupo III ha entregado a molinería”-. Sobre nutrición, Montaner se refirió a la respuesta positiva de los suelos con los aumentos de dosis de fósforo. Y aclaró la falta de respuesta ante una menor densidad de plantas.
Foto: Federación de Acopiadores
El documento sostiene que es necesario terminar con privilegios y discriminaciones impositivas entre empresas de una misma actividad y solicita la eliminación del inciso d) del art. 20 de la ley de Impuesto a las Ganancias. Los argumentos que dan envergadura al tema.
El congreso de los Acopiadores no dejó de lado las cuestiones que ocupan la mente de los productores de cara a la próxima campaña: ¿qué escenario climático se viene? ¿En qué estado están los suelos? ¿Hay forma de recuperarlos de la degradación? ¿Qué estamos haciendo en materia de sustentabilidad y bioeconomía? Todo eso fue respondido por los especialistas Germán Heinzenknecht, Jorge Antonio Hilbert y Juan Gaitán en un panel vibrante.
Daniel Miralles y Betina Kruk, coordinadores técnicos de A Todo Trigo, oficiaron de maestros de ceremonias de un panel de lujo conformado por Roberto Fernández Aldúncin, Federico Bert y Gustavo Slafer, quienes exploraron las claves de esta campaña, las nuevas demandas y la importancia de generar una épica de la producción.
Los representantes de la cadena de la cebada, junto a los de otros cultivos de invierno alternativos, dijeron presente en el congreso de los Acopiadores en Mar del Plata, donde actualizaron las perspectivas para la campaña.
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