Gacetillas
Estrategias de manejo para la Zona Núcleo
En el marco de A Todo Trigo 2016, el panel sobre los cultivos de invierno en la rotación comenzó con Juan Martín Brihet, técnico de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, quien señaló que de un relevamiento de niveles de adopción de tecnología que la entidad hace cada dos campañas con el aporte de más de 1200 asesores, surge que “ha caído notablemente la adopción de tecnología en trigo. Mientras que por el lado de la cebada, la superficie tecnológica también cayó y la producción se complicó”.
A modo de referencia, el técnico subrayó que “en la campaña 14/15, el sudeste de Buenos Aires ha obtenido los mejores rendimientos y el centro-norte de la provincia sufrió algunas complicaciones, por lo que hubo más de 10 qq/ha de diferencia”.
Con respecto a algunos datos recolectados en el cultivo de trigo, Brihet señaló que “el sistema de siembra directa ha caído, ya que depende del nivel de tecnología, y se puede observar que el nitrógeno y el fosforo aplicado han caído sensiblemente en relación a las hectáreas totales sembradas”.
Qué esperar para la zona Oeste
Martín Díaz Zorita, reconocido técnico y especialista en nutrición, resaltó que “el Oeste es una zona caracterizada por sus suelos arenosos donde se suelen sembrar trigos para rendimiento porque la cebada, la colza, e incluso el trigo de calidad, tienen limitantes climáticas que suelen afectarlos”.
“El trigo en la zona aporta mucho al sistema como cobertura en invierno, evita malezas, y por ende, contribuye al sistema productivo”, comentó Díaz Zorita.
A su vez, el técnico resaltó que “el sistema está impulsado por los cultivos de invierno, pero limitado por las externalidades. No es el año para estar innovando en otro cultivo como cebada o colza. En la zona, la agricultura está sustentada con decisiones de producción de cultivos de verano”.
En referencia a cómo es la producción en la región, Díaz Zorita aseguró que “hay una mayor proporción relativa de doble cultivos y de cultivos de invierno para cobertura, lo que hace que los suelos estén siempre ocupados y productivos”.
Por caso, el especialista comentó que “los cultivos de cobertura aparecen como una decisión primaria en algunas zonas del oeste”. Para esta campaña “hay una expectativa de que el 80% del área se destine a trigo”.
El técnico explicó que “los cultivos de invierno son utilizados en la zona para el control de malezas, plagas y enfermedades”. Y continuó: “Hay cuatro elementos en los que tendremos que trabajar fuerte: la elección de genotipos, las condiciones de sitio, su comportamiento frente a enfermedades, las fechas de siembra y los tipos de suelo”.
El técnico remarcó que “el 70% de los problemas que aparecen en la fertilización son por falta de diagnóstico”.
“Los rangos de rendimiento en el Oeste van desde los 4.000 kilos hasta los 2.200 kilos por hectárea y se deben a problemas de calidad de suelo o a falta de nutrientes. Venimos de un año Niño y vamos a un Neutro o Niña asique con los perfiles cargados es un año ideal para hacer un trigo apuntando a la calidad en la zona”, comentó.
Por caso, “en el Oeste la ventana de siembra es junio. Son 20 días de decisión. Es una campaña para hacer las cosas bien. Toda la aplicación de nitrógeno debe ser en los primeros días después de sembrado, pero todo junto, no debe fragmentarse la fertilización. Las correcciones de fertilización en el mes de agosto suelen ser caras y no han dado buenos resultados”.
Qué esperar para la zona Norte
Matías Ermacora, asesor productivo en el norte de Buenos Aires-Sur de Santa Fe, señalo que “en la zona hubo tres baches con inundaciones y sequías que siempre marcan una limitante en la producción de trigo”.
“Para la próxima campaña, el trigo vuelve a recuperarse en la rotación. En una encuesta realizada se cree que alcanzará hasta el 70% de recuperación del área”.
A su vez, Ermacora señaló que “el grado de desaprovechamiento que tenemos si hacemos solo un cultivo de verano es muy elevado, en cambio si utilizamos también un cultivo de invierno se aprovecha mejor el agua, la radiación y se puede alcanzar hasta el 80% del recurso agua”.
Y continuó: “Por ejemplo, la maleza Rama Negra ha aparecido en muchos lotes al hacer monocultivo, pero con la incorporación de trigo es enorme el control que tiene solo con la incorporación del cereal al sistema”.
A la hora de comentar sobre la calidad, el técnico explicó que “en la zona se aspiran a hacer trigos de calidad 1 y 2. Hay que analizar el momento financiero, la capacidad y costo para guardarlo o embolsarlo”.
Por caso, Ermacora añadió que “este año hay una excelente relación insumo-producto que hace rato no se veía. La relación urea/trigo hoy está en un momento formidable y debemos aprovecharla para poder alcanzar los requerimientos del cultivo”.
Qué esperar de la zona Centro
Matías Campos, asesor CREA en el sudeste cordobés, explicó que “la evolución de los cultivos de invierno ha venido en baja, pero se espera que este año crezca nuevamente el cereal. El trigo va a volver a los campos del centro y estimamos un crecimiento interanual de un 33%”.
“En los últimos años hubo una enorme variabilidad en la superficie de siembra de trigo en la zona, y ha caído el cereal en los planteos productivos, sumado a que ha habido una gran variabilidad de rendimientos también importantes, y esto se da principalmente por las precipitaciones”, añadió el técnico.
Otra limitante que hay en la zona son los daños por heladas, pero no afectan el rendimiento del cultivo en las zonas, salvo en la campaña 2013.
Un detalle no menor que marcó el técnico es que “el factor que aparece con frecuencia en la región es el granizo. No se puede hacer un trigo sin seguro contra granizo”.
“Otra cuestión importante a tener en cuenta es que la presencia de napas y perfiles cargados hace diferencias de hasta 400 kilos de rendimiento. Hay que caracterizar los suelos para saber luego si vamos a un trigo de alto potencial o no”, explicó el técnico.
El técnico y asesor CREA explicó que “el resultado económico óptimo sería aplicar unos 140 kg de N por hectárea. Por ende, deberíamos estar apuntando a fertilizaciones un poco más elevadas a las tradicionales para la zona. El trigo promedio en la región tiene un rinde de 3.000 kilos. Además, la incorporación de trigo ayuda al control de las malezas, pero sigue siendo un cultivo con rindes muy variables y no tenemos en claro cuánto se pagará la calidad y de donde vendrá la demanda”, finalizó.
El documento sostiene que es necesario terminar con privilegios y discriminaciones impositivas entre empresas de una misma actividad y solicita la eliminación del inciso d) del art. 20 de la ley de Impuesto a las Ganancias. Los argumentos que dan envergadura al tema.
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En la nueva edición de A Todo Trigo, se hicieron recomendaciones para mejorar la producción de trigo en calidad y cantidad con las nuevas y viejas tecnologías, y con manejo del ambiente.
En la primera jornada de A Todo Trigo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó el Lanzamiento de la Campaña de Granos Finos de Argentina, con números positivos en siembra, cosecha, valor agregado a la economía y aportes fiscales.
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